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Mi linda prima es fiestera, casi siempre suele llegar muy borracha sin casi poder caminar. Y esta vez no iba a ser una excepción, llegó tan borracha que nada más tumbarse de la cama se quedó dormia profundamente. Fue entonces cuando aproveché para meterme en su habitación mientras el resto de la familia dormía y con mucho cuidado le metí la polla en la boca para que me la chupara a la fuerza. Como noté que no se iba a despertar por mucho que hiciera, le quité las bragas y me la follé con ganas mientras al mismo tiempo le agarraba las tetas.
